¡Como en nuestra propia granja!
- Pablo Piloña
- 5 oct 2016
- 3 Min. de lectura

La opción encontrada por mi esposa encajó perfectamente con nuestra filosofía de no convertir los eventos especiales en ocasiones de suplicio voluntario. De esa cuenta que les comparto nuestra experiencia en un sitio auténtico y pintoresco que nos ofreció una experiencia muy satisfactoria: Granja San Luis.
De mi familia, mi esposa es la que permanentemente anda buscando lugares nuevos para ir a conocer, y para la celebración del Día del Niño había rastreado un lugar totalmente opuesto a los sitios de comida rápida y juegos plásticos, que para las fechas de celebraciones infantiles se llenan más que el Renap en fechas de inscripciones escolares. La opción encontrada fue el Eco restaurante Granja San Luis, ubicado en la aldea el Hato, de la Antigua Guatemala.
Con un “Bienvenidos, familia” nos recibió Alfredo, y con una actitud de auténtica amistad nos dio un pequeño tour por el lugar, mostrándonos algunos de los puntos con vistas más bellas de los paisajes, lo cual nos permitió seleccionar el mejor ambiente para instalarnos. Alfredo nos brindó el servicio a la mesa con eficiencia y calidez, haciéndonos sentir realmente parte de la familia en la granja.

Y si la atención ya nos había hecho entrar en pleno confort, la comida nos hizo entrar en satisfacción total: Nos pareció que las opciones de menú infantil son sabrosas y adecuadas para el gusto de los pequeños. Además pedimos un menú de churrasco, un caldo de gallina y un ceviche en la versión pequeña (también hay grande).
El churrasco estaba fenomenal: Dos porciones de carne muy bien asada y con su respectivo chirmol, una longaniza, elote, ensalada rusa, cebollitas asadas y el detalle sobresaliente y delicioso, que fue una tortilla dorada al comal con un exquisito queso en el centro. En compañía del plato, una generosa porción de pan con ajo.

El caldo de gallina no se quedó atrás: De muy buen sabor y consistencia, con la pieza de gallina asada servida al lado, al igual que el arroz y ensalada rusa. Para dar el toque ideal, tortillas del comal, gruesecitas y muy buenas.
En el ceviche destacaba el sabor a hierbabuena, en un muy buen equilibrio y sazón.
El menú es lo suficientemente surtido como para que encuentren opciones a su gusto, y los precios permiten comer a gusto y sin remordimientos. Las opciones de platos principales están en el rango de Q50 a Q110.

La granja ofreció un festejo con piñata para los niños presentes. Pudimos hacer recorrido por las plantaciones de durazno, las áreas de camping, y reposar un rato en la zona de hamacas. Conocimos el salón que tienen para eventos privados y el apiario para la producción de miel propia del lugar.
Este negocio surgió como un emprendimiento familiar, en el terreno que por más de dos décadas se fue adquiriendo por partes, hasta ser una pequeña y pintoresca granja. Originalmente era un terreno rústico, con dificultades de acceso debido al daño del camino en cada período de lluvia, mismo que ocasionaba gran crecida de monte en cada ciclo húmedo. La humedad es una característica de la zona, cuenta David, que en su calidad de encargado del mantenimiento del terreno, tiene como batalla diaria no dejar que el monte crezca al punto de cubrirlo todo. David es también el encargado de Palmiro, el caballito blanco con el que ofrecen paseos cortos dentro de la granja, para chicos y grandes.
Se puede llegar al lugar tanto desde la Antigua, como desde San Lucas Sacatepéquez. En la primera opción, se sigue la ruta al Cerro de la Cruz, continuando la carretera hasta llegar a la aldea el Hato, con cruces que nos puedan confundir o desviar. Y el acceso a la granja está un poco después del casco central de la aldea. Y para llegar desde San Lucas, se sigue la carretera interamericana, pocos metros después del puente que nos coloca en ruta a la Antigua. Al lado izquierdo se atraviesa la carretera y se toma el camino hacia Hotel Casa Miralvalle, que es un camino de dos vías algo estrecho, pero bien identificado. Ya adentrados en ese camino hay que buscar la señalización que nos lleva a la aldea El Hato. Nosotros llegamos desde la Antigua, y tomamos como ruta de regreso la ruta hacia San Lucas.
Actualmente el negocio funciona en fines de semana y días festivos, y les recomiendo llegar a disfrutar la comida, deleitarse con el paisaje y a tener una experiencia realmente relajante.
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